domingo, 17 de abril de 2011

NEURONAS EN ESPEJO EN NIÑOS CON AUTISMO

 




El autismo es un trastorno que afecta la comunicación ya que se considera que estos niños viven sumergidos en su propio mundo, el comportamiento porque suelen tener conductas involuntarias que pasan por extrañas como  no  tener miedo a nada, no expresar sus emociones, no tener imaginación y tener movimientos repetitivos como aplaudir, aletear las manos, entre otros; por lo tanto la dificultad más importante que presentan es la falta de reciprocidad emocional, es decir, no se dan cuenta de las diferentes situaciones sociales ni de los sentimientos de los otros, prefieren estar solos y  se relacionan mejor con los objetos que con las personas.
Por lo anterior es importante buscar una explicación a la dificultad que presentan los niños con autismo para empatizar con el resto de los individuos y lo interesante del tema es que esta muy relacionado con un sistema cerebral que forma parte del area de broca y es el de NEURONAS EN ESPEJO.

Las neuronas en espejo se activan cuando una persona observa a otro individuo realizando una acción para comprender lo que sienten los demás y la intención de sus acciones, esto hace que cada ser humano sienta empatía ante las expresiones de los demás, se ponga en los zapatos del otro y se indentifique con la sociedad para  interactuar y sentirte parte de ella.

En el niño autista estas neuronas por razones no muy conocidas (genéticas, bioquímicas, virales o estructurales) no se activan de la misma forma que en un individuo normal o sencillamente no captan los estímulos para encenderse, es por esto que el sindrome autista se caracteriza por la falta de empatía ya que no existe capacidad de imitación, de aprendizaje, de entendimiento y de interacción ante las expresiones del otro y por lo tanto hay carencia en el desarrollo y la adquisición del lenguaje (trastorno típico del autista).

Por lo tanto Cuanto menor sea la actividad del sistema de neuronas en espejo más severo es el autismo, entendiendose que si no comprenden y no interactuan porque su cerebro no recibe las señales que les indican los sentimientos y las intenciones de los demás, es claro que no estarán en capacidad de entenderse con el medio y de manifestar aquello que para nosotros es lo habitual.


 
Cerebro de un niño normal (arriba) y de un niño con autismo (abajo). La actividad del cerebro autista en las áreas marcadas es menor. (Foto: Nature Neuroscience)


Laura Camila Lozano Neira
Laulo_26@hotmail.com
Estudiante de Medicina. FUCS. Hospital San Jose

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